Hace un tiempo conocí a una chica de un país lejano, bueno para ser más exactos, era una chica agregada en un correo mio hacia cosa de algunos años.
Pero hace cosa de un par de meses, empecé a hablar con ella un poco más a menudo y le invité a hablar en mi correo habitual.
Una chica joven, bella, simpática, nuestras conversaciones eran muy distendidas, hasta que llegamos al punto de jugar a amar...nos y querernos, de dejar volar la fantasía más allá de lo que la distancia como barrera supone.
De tanto que jugábamos, los eslabones que se entrelazan en la antropomorfa y en la naturaleza biológica hacía evocar hacia la naturalidad de las cosas, y así, sin saber como ni cuando ni porque, surgía el sexo en las conversaciones, las relaciones sentimentales, nuestras parejas. Tal como un día, ella, siguiendo quizá el tópico y la pauta marcada me pregunto por mi estado sentimental y yo haciendo correspondencia a sus palabras le devolvía la pregunta, me respondía que tuvo una pareja hacía cosa de unos meses o quizá algún año, no lo recuerdo.
Como creo que resulta evidente, la cuestión sexual, erótica, quizá por morbo, me era interesante, así que le pregunté o nos preguntamos. Sin saber quien empezó o como fue el transcurso de la conversación, ella, la chica bella y simpática, la protagonista, me respondía que jamás tuvo relación con ningún tipo de hombre, es más, días después me llegó a decir que jamás había besado a ningún hombre, es decir que era virgen, una chica virgen que jamás había hecho el amor.
En cierto modo, mi manera de ser, sin cuestionar las palabras de los demás me invitaba a no ponerla en duda, aunque es evidente que la lógica del transcurso de las palabras me invitaba a pensar que había algo de incierto en sus palabras.
Lo que me preguntaba por dentro era; ¿ Por qué tendría la necesidad de hacer una mentira tan simple? Lo cierto es que no la iba a mirar mejor o peor por el hecho de ser virgen, de haberse acostado con 3, 10 o ningún hombre y creo que ella lo sabía.
Aún así la conversación quedó en ese punto, jugábamos los días posteriores a querernos y amarnos como siempre habíamos hecho, no existía ningún tipo de dolor y su sonrisa no despertaba sospecha, ni hoy lo despierta. Empezamos a hablar de nuestra familia, de nuestra casa, de nuestros padres y en todo esto, dejando realidades paralelas, me contaba que vivía sola, sola a una edad que muchos “ no sabemos atarnos los zapatos”, mayor de edad, pero joven, es más, me contaba que jamás vivió con sus padres, los iba a visitar a veces pero jamás habían compartido techo. No recuerdo si cuando era pequeña había vivido con su tía o con su abuela.
Lo cierto es que jamás se llevo bien con sus padres o esa es la lógica que debería suponer, pero cuando le pregunté sobre sus padres, me dijo que los quería de todas maneras, que ella estaba agradecida porque le habían traído al mundo. Sin embargo, era con su abuela con quien no tenia una relación demasiado buena, con nadie parecía tenerla, pero tenía la sensación que existía algo entre su abuela y ella.
Ella, que me hablaba desde un cibercafé, me comentó un día que alguien, un chico le molestaba ahí dentro, nada sin importancia, una tontería, pero a mí me dio por preguntarle si no le daba miedo ir sola por la calle, aunque estuviera cerca de su casa, supongo también porque es un lugar donde al menos el tópico dice que corren asesinatos y delincuencia, me decía que no tenia miedo, pero como además comentaba; a las chicas bonitas aveces las violan o incluso las matan algunas bandas.
En nuestra fantasía habíamos jugado con todo, a querernos, a amarnos, al forcejeo, al sadomasoquismo, a la pasión, a cualquier cosa que nos hiciera volar
Tiempo después, estuvo cosa de una semana sin conectarse, y me comento que había denunciado a un tipo que le acosaba, le pregunté si estaba bien y me dijo que sí, que no había pasado nada. Todo respiraba tranquilo.
Hasta que llego ayer y me hizo una pregunta que se suele hacer en tales situaciones, ¿ Te importaría si tuviera hijos? Hay que reconocer que es una pregunta muy rápida y directa, sin tiempo a la reflexión, le dije que no, previamente diciéndole, vale, los tienes sino no existiría tal pregunta, a lo que ella solo me decía: respóndeme. Le respondí y me respondió en números cardinales.
Entonces como comprenderéis y habréis leído a mitad de la historia era evidente que algunas palabras anteriores suyas dejaban de tener sentido totalmente. Así que le pregunté y me respondió con sinceridad, mi abuela me vendió a un hombre 12 años mayor que yo obligándome a contraer matrimonio con él, él me forzó, me maltrataba y tuve dos hijos, pero ya no esta en mi vida (físicamente imagino que se refiere).
Y nunca jamás le he visto perder la sonrisa después de todo sin embargo ahora comprendo cuando me decía que nunca besó a ningún hombre y que nunca ha hecho el amor.